¿Hay que regar el césped artificial deportivo?
El uso del césped artificial en instalaciones deportivas, tanto públicas como privadas, ha ido aumentando sin cesar durante las últimas décadas. Esto se debe a las muchas ventajas que ofrece este frente al césped natural u a otros tipos de pavimentos. Entre las más destacadas están su escaso mantenimiento, el ahorro de agua – ya que no se debe regar el césped artificial para deporte con tanta frecuencia como el natural, y su durabilidad a largo plazo.
Debido a las grandes exigencias de uso que se suelen requerir a estas instalaciones deportivas, es necesario que la superficie se conserve en perfecto estado de uso y sea segura para los jugadores en todo momento. Para esto, se hace imprescindible un mantenimiento mínimo que garantice unas óptimas condiciones de juego. De esta forma se alargará la vida útil de las instalaciones y se amortizará la inversión inicial.
Un mantenimiento adecuado a cada tipo de instalación conseguirá que el campo sea más duradero, seguro y que luzca espectacular en cada momento. Por el contrario, si no se lleva a cabo el mantenimiento necesario puede conllevar a que el terreno de juego se deteriore antes de lo previsto.
Una de las tareas básicas del mantenimiento consiste en regar el césped artificial para fútbol o cualquier otro deporte para mantener un estado óptimo de la superficie durante muchos años. Regar el césped sintético podría parecer un contrasentido, y al hilo de esto, una pregunta muy frecuente que nos hacen tanto ayuntamientos como clubs deportivos, es si realmente es necesario regar el césped artificial de las instalaciones deportivas. La experiencia de muchos años realizando este tipo de instalaciones nos da como respuesta un rotundo sí.
El riego y el mantenimiento de instalaciones deportivas con césped artificial dependerán del uso, de la climatología y de la frecuencia de juego que se le dé a la instalación. También habrá que tener en cuenta las características de los usuarios de la instalación.
Al regar el césped artificial para deporte antes de un partido se consiguen unas condiciones de juego más consistentes, más rápidas y una superficie más fresca, suave y confortable para los jugadores. Ahora bien, regar no significa encharcar, solo es necesario humedecer la superficie de juego.
Beneficios de regar una instalación de césped artificial deportiva
- Disminuye la temperatura de la superficie, lo que beneficia al desarrollo físico de los jugadores. A pesar de lo mucho que se ha avanzado en los últimos años en las características técnicas del césped artificial, como cualquier otro pavimento, después de horas bajo el sol, aumenta su temperatura. Es por esto, que en zonas secas y días de mucho calor, se recomienda mojar el terreno de juego especialmente antes de un partido o entrenamiento.
- Al humedecer las instalaciones, las superficies son más seguras ya que el agua ayuda a absorber mejor los impactos.
- La superficie mojada está más suave y más fresca, por lo que las posibles caídas de los jugadores suelen ser más livianas y menos abrasivas con su piel.
- En una superficie húmeda, el bote del balón es más consistente y mejora la rodadura del mismo, consiguiendo un bote más natural que en una superficie seca.
- Además, ayuda a los jugadores a controlar mejor sus deslizamientos.
- Limpieza. Otro beneficio importante es que al mismo tiempo que se riega el césped artificial para deporte, se está limpiando. El polvo y la suciedad que se puede producir alrededor del campo, el polvo en suspensión en el aire, los restos de barro de lluvias, etc. se limpiará de forma sencilla al mojar el terreno de juego. Los restos de suciedad se filtrarán a través de las perforaciones del backing y serán arrastradas hacia las zonas de drenaje del campo, proporcionando una limpieza inmediata en el césped sintético.
Tipos de sistemas de riego del césped artificial
Existen diferentes tipos de sistemas de riego para instalaciones deportivas.
- En general, la mayoría de campos están diseñados con seis u ocho aspersores (tres o cuatro a lo largo de cada línea lateral). Todos ellos de largo alcance, instalados alrededor de la zona de juego. Los sistemas con ocho aspersores utilizan boquillas más pequeñas y de menor caudal, por lo que necesitan tuberías más pequeñas y se reduce el coste de la instalación.
- Hace años se utilizaban sistemas de riego con aspersores aéreos, instalados sobre una tubería a una altura variable. Estos sistemas minimizan costes y están aconsejados cuando se añade el riego a una instalación deportiva ya existente.
- Otra opción son los sistemas que se instalan bajo la superficie. Es interesante que en estos casos, los aspersores se instalen fuera de la superficie de juego. De esta forma, en caso de necesitar acceder a ellos, no hay que cambiar el césped artificial de la tapa, evitando modificaciones del césped del terreno de juego.
Otras labores de mantenimiento en instalaciones deportivas con césped artificial
Además del riego, como ya hemos visto, es conveniente realizar otras tareas de mantenimiento en instalaciones deportivas de césped artificial, con el fin de alargar al máximo la vida útil de la superficie deportiva.
Mantenimiento preventivo, es decir, un mantenimiento mínimo de forma regular.
- Además de humedecer el terreno de forma uniforme antes de un partido o entrenamiento, si el campo está mucho tiempo en desuso también es aconsejable mojarlo de vez en cuando para su correcta limpieza.
- Limpieza y recogida de residuos de la superficie: hojas secas, colillas, restos de comida, etc.
- Cepillar las fibras del césped de vez en cuando para mantenerlas erguidas y redistribuir relleno de sílice o caucho si fuese el caso.
- En el caso de pistas de pádel con sílice, hay que revisar y añadir sílice en zonas que pueda faltar, de forma que siempre esté uniforme la superficie.
- En el caso de campos de fútbol con relleno de caucho, hay que revisar y añadir caucho, especialmente en las zonas más castigadas por el uso como porterías, esquinas, de forma que la superficie esté siempre uniforme. Conviene rellenar antes de cepillar.
Mantenimiento especializado una vez al año, en el que se revisará el sistema de riego, canales de drenaje, desagües, etc. De forma que se revise, de forma general, que toda la instalación está a punto.